Funerales

Existen numerosas diferencias entre las costumbres funerarias orientales y las occidentales. Así, durante la misa fúnebre, es tradición repartir monedas de chocolate a los asistentes como símbolo de prosperidad continua y como forma de consolarlos al mismo tiempo. Esta costumbre no responde a una creencia supersticiosa, sino que se realiza como forma de recordar que la muerte no es el punto final en la vida de las personas.

Para recordar el aniversario del fallecimiento, los familiares no adoran al difunto ni le dan de comer ni creen que no hacerlo vaya a atraer a la mala suerte. Lo que hacen los chinos es dejar frutas ante una foto del fallecido y encender velas. Para rezar por él o ella, se debe saludar previamente con tres inclinaciones de cabeza.

En cuanto al enterramiento, en China y otros países asiáticos existe la creencia de que, cuanto más alto se entierra a alguien, mejor será su siguiente vida y, por ello, se les entierra en ataúdes colgantes. Tradicionalmente, muchas familias tienen una colina propia en la que enterrar a sus antepasados. Estos ataúdes, como por ejemplo los que se encuentran en la montaña de Wuyi, se han convertido en toda una atracción turística.